Un buen principio
Hace cincuenta y cinco años, tras dos devastadoras guerras mundiales, la cordura empezaba a tomar forma en la vieja Europa. Se firmaba el Tratado Constitutivo de la C.E.C.A., gérmen de lo que hoy conocemos como Unión Europea.
Cincuenta y cinco años más tarde la sombra de la paz por la fuerza, y la seguridad frente a la libertad, continúa siendo muy alargada; la propaganda sustituye a la información y la coacción cercena la libertad de expresión.
Cincuenta y cinco años más tarde Internet (con el permiso de Mr. Carnivore) es el único reducto que resiste «…encore et toujours a l´invahisseur …
Pese a todo ello, hoy levanto mi copa para celebrar que hace cincuenta y cinco años se firmó el primer tratado de una nueva Europa y, quizás – ojalá – un nuevo mundo.