Cuando quemar indigentes se convierte en deporte de descastados que gracias a PP y PSOE pueden «solucionar el problema» en el Juzgado de menores con una reprimenda; cuando los principales dirigentes de los partidos mayoritarios en España cobran de los bolsillos de todos los españoles para calificarse de «patriotas de hojalata» o «bobo solemne»; cuando la Santa Iglesia Católica se queja de acoso a sus medios de comunicación a la vez que hace befa y mofa de un presidente electo democraticamente; cuando la inmigración «¿ilegal?» ha dejado de ser noticia en España; cuando toda la preocupación de los «interneteros de pro» es si podrán o no «bajarse música y películas en el futuro»; cuando el amo del mundo tiene el cuajo de afirmar que «se equivocó» al invadir un país donde no había armas de destrucción masiva y asesinar a más de 30.000 personas…y aquí no ha pasado nada; cuando uno es consciente que «caer en la vorágine consumista de esta fechas» es la mejor manera de contribuir a que la «máquina» siga engrasada y las empresas sigan dando beneficios y creando puestos de trabajo; cuando las organizaciones NO GUBERNAMENTALES se nutren de fondos gubernamentales; cuando las multinacionales legislan contra los consumidores (no lo olviden, hace tiempo que dejamos de ser ciudadanos – incluso contribuyentes – para convertirnos en consumidores)…

Cuando llegan estas fechas uno alberga el deseo irrefrenable de despertar y descubrir que la vida es sueño, y los sueños sueños son (la frase, ya saben 😉 , no es mía) , y brindar con cava catalán, aragonés o vallisoletano, o con champán (francés, evidement) por un mundo donde los dirigentes tengan dos dedos de frente y los «dirigidos» podamos pagar la hipoteca y comernos el turrón en paz.