Nombres propios
Como el de Erick Iriarte (y el consejo asesor de Alfa-Redi), que apostó por poner el nombre de la más antigüa y prestigiosa revista latina de derecho informático junto a la palabra «bitácora»; o el de Roberto Abizanda que vió la necesidad de capitanear – desde uno de los mayores sistemas de alojamiento de bitácoras en español – el primer debate en todo el mundo sobre la naturaleza jurídica de las bitácoras.
Pero no acaban aquí los nombres propios: José Mª Gimeno decidió que la facultad de Derecho no podía ser ajena a las nuevas realidades que brinda Internet (a él debemos el «esqueleto» de la Declaración de Zaragoza); José Alberto Molina y Francisco Serón secundaron la iniciativa.
Salvador Vives – sabiamente aconsejado por Jesús – comprendió que una editorial jurídica con proyección en la red tenía mucho que decir (y que escuchar) en torno a las bitácoras y la regulación de Internet.
Javier Hernández Puértolas demostró con su presencia activa, una vez más, la implicación del ReICAZ en todo lo referente al derecho de las Nuevas Tecnologias; y la cercanía – y preparación – de la corporación que preside a las preocupaciones de la sociedad; también de la sociedad red.
Ricardo Cavero que abandera varios proyectos, polémicos pero necesarios para romper la brecha digital, en el consistorio zaragozano y Fernando Beltrán apoyaron la iniciativa desde el mismo momento de conocer su existencia; asumiendo esa función imprescindible de nuestras administraciones de colaborar con los proyectos que nacen de la sociedad a la que sirven.
Narciso Samaniego, que supo trasladar a la Cámara de Comercio de Zaragoza las implicaciones socioeconómicas del fenómeno blog; José Cerezo; Carlos Arranz; Francesc Gómez; Saúl Torrecilla; Julio Arenere; Fernando García Vicente (siempre apoyando las iniciativas jurídicas que nos acercan a los paises iberoamericanos)…y así un largo etcétera.
Dejo para el final los nombres propios que, a la ilusión y disposición de los ya mencionados, han sumado su tiempo de ocio y de sueño: José Mª Moreno, Fernando Tomás, Beatriz Boldova y Domingo Pérez; Roberto Ferrer – pilar imprescindible sobre el que gira cualquier iniciativa sobre derecho y nuevas tecnologías en el seno de la abogacía aragonesa – Ana Lerín y el infatigable Fernando Tricas; primer bitacorero, y uno de los mayores expertos en «blogosfera» que ha dado este país, que comprendió – hace ya mucho tiempo – el necesario matrimonio entre blogs y derecho.
En «el día después» va habiendo más nombres propios …todos necesarios en la construcción y/o adaptación de las leyes que han preservar nuestros derechos fundamentales y defendernos del «código».
Conscientemente, esta entrada ( post para los anglófilos) no lleva ningún vínculo…preguntenle a google 😉
Fin de semana intensivo digitalizando y editando pero… ¡podcast complete!
Siguiendo el espíritu del post, sin enlace 😉