Los pistoleros de la RENFE
Será por la falta de presupuesto, o por la desidia del «encargado del casting» … lo cierto es que a las muchas carencias de esta mi querida Zaragoza en tiempos de Expo (que por cariño y respeto a los responsables callo) se suma parte del «personal» contratado para la seguridad de la Estación de Delicias.
Ya me había tocado «topar» con algún «matón de discoteca con uniforme» … pero lo de hoy ha sido el colmo de los despropósitos ¿tan segura está RENFE de su monopolio que se permite que se insulte a sus usuarios? (unos usuarios que pagan no menos de 75,00 € del ala por utilizar sus servicios).
No les parece suficiente ¡en aras de la seguridad! obligarnos al vergonzante «cacheo virtual» de los detectores de … ¿de qué? ¿o piensan que los terroristas facturan las bombas? ¿o creen que si servidor de ustedes tuviera un arma de fuego – que no es el caso – la llevaría al AVE para ser detectado por los «n» detectores? sino que lo complementan con «sherif´s» de pacotilla … ya lo dice el saber popular:
«dale a un español un uniforme y tendrás a un …»
Lo de estos mercenarios de la seguridad no es sólo en el AVE, que en las entradas a la Expo alguien les ha dicho aquello de «ancha es Castilla» … y verán ustedes, cuando uno compara el trato de estos individuos con el que – afortunadamente – nos deparan los cuerpos y fuerzas de seguridad uno se pregunta ¿para qué tanto derroche en márketing si luego cualquier «anormal de carrito» manda nuestra imagen de ciudad amiga y abierta al visitante a tomar por el culo (disculpen lo de «tomar» 😉 ).
Tras el «incidente» he preguntado a la señorita dónde podía quejarme del «trato recibido» y muy amablamente me ha explicado donde podía quejarme de ella (no era el caso, una mujer encantadora) … pero que no sabía donde podía quejarme de los ¿empleados de seguridad? … así que se lo cuento a ustedes a modo de aviso para navegantes: Zaragoza es una ciudad amable y la Expo – a pesar de todo – merece la pena … cuenten ustedes hasta diez si se topan con algún especimen de pistola a sueldo y piensen que – seguramente – la vida y sus capacidades manuales y/o intelectuales no les han reservado mejor sitio en la sociedad.
[…] Aunque, ahora que lo pienso, debe ser el calor, porque sino, no se explica esta epidema. […]