intentando evitar la contienda
Es algo que sucede con mucha frecuencia en mi profesión.
Los abogados conciliadores tratamos de evitar el pleito dando opciones a la contraparte de arreglos amistosos que eviten las molestias, dilaciones y costes de la contienda judicial, según ese viejo aforismo que dice que “vale más un mal arreglo que un buen pleito”; sin embargo, no siempre el adversario cuenta con buenos asesores que sepan interpretar así las cosas.
En mis primeros años de ejercicio un cliente me encargo la reclamación de una factura impagada por importe de, apenas, 100.000 Pts (600,00 €). La factura respondía a un material encargado, con presupuesto firmado, y con albarán de entrega firmado de conformidad por el deudor.
Ante la abundancia y solidez de la prueba insté al deudor al pago voluntario, ofreciendo una quita del 20 % o un aplazamiento en el pago de la misma.
Lejos de avenirse al arreglo, el moroso respondió con un burofax alegando defectos en la mercancia (defectos que no existían) y negando el pago en un tono que insultaba la inteligencia de mi cliente. A pesar de ello intenté hasta en dos ocasiones el arreglo amistoso; sin embargo, cada acercamiento por mi parte era interpretado por la otra como debilidad mía o de mi cliente por lo que, finalmente, interpuse demanda reclamando el principal, intereses y costas del procedimiento.
La habilidad procedimental del letrado de la adversa nos llevó a varios procedimientos judiciales con innumerables recursos que se prolongaron durante dos largos años, al final de los cuales embargamos bienes del deudor y nos cobramos la deuda, los intereses y las costas judiciales … por importe de 1.000.000 Pts (6.000,00 €).
«Abogado conciliador» Dime de que presumes….
Pero si hasta tienes la categoría «haciendo amigos».
Lo que me faltaba por leer.
Pilar ¿nos conocemos? lo pregunto por el valiente tuteo anónimo.
Sin duda alguna Pedro presentas acá un ejemplo perfecto de los indicios que planteó en su momento Posner -sobre lo que será un cambio de paradigma en nuestro derecho-, y es el tránsito de un derecho coactivo a una justicia redistributiva (económicamente hablando).
Y será cuando todos nosotros, cómo actores de la sociedad, nos demos cuenta de la importancia de no llevar una contienda hasta sus últimas consencuencia. Bienvenido «Análisis Económico del Derecho» 😉