¿víctima de la «piratería»?
El insomnio y los mosquitos me han llevado esta noche a una navegación errática que ha recalado en las playas de Quedelibros.com.
El sitio tiene el aspecto de portal de reseñas de libros con enlaces para adquirirlo en una única tienda virtual, con su publicidad (gráfica y contextual) y sus avisos legales.
Al igual que en aquella otra ocasión la primera reacción es de alegría (¡alguien se ha molestado en reseñar mi libro!) … alegría que se torna en decepción al leer lo siguiente:
Dirección facilitada por bibliotheka. Si Usted decide utilizarla saldrá de Quedelibros.com hacia otro sitio, y lo que haga a continuación es bajo su propia responsabilidad.»
y uno se pregunta ¿que interés puede haber en facilitar una url de descarga diferente a la facilitada de forma gratuita por el propio autor; es decir, por mí?
Evidentemente ni el amor por la literatura – si es que mi ensayo merece entrar en esa categoría del arte – ni el deseo de la responsable del sitio web en fomentar mi obra (que sería plausible y de agradecer por mi parte) ni mi persona (lo que, ustedes comprenderán, me trae totalmente «al pairo») … ni el resto de obras y autores que conforman la base datos intuyo.
La actuación de quien fomenta la descarga no autorizada de una obra que, precisamente, fue concebida para facilitar la autorización (y cesión de algunos derechos 😉 ) a todo el que quisiera leerla u ojearla es contraria al espíritu de fomento de la cultura libre y quizás – sólo quizás – pudiera merecer el mismo tratamiento que los Tribunales están dando a los sitios comerciales con enlaces a descargas de música.
En mi caso nada debe temer Doña Natalia ya que el pdf al que se accede desde la url recomendada está ¿editado? por mí y es la versión digital previa (no actualizada) del libro editado por Mira Editores … pero podría suceder que de alguna de las url´s recomendadas para otros libros se acceda a digitalizaciones con derechos de autor…
En los últimos seis años he tenido ocasión de conocer unos cuantos sitios web con enlaces más o menos explícitos a descarga de contenidos con mayor o menor legitimidad y, sinceramente, quedelibrospuntocom no se me antoja como adalid de la cultura libre, sino como un (otro) modelo de negocio «2.0».
Cuando desde un sitio web se quiere fomentar la cultura, a las obras y a sus autores se hacen cosas como la que ha hecho Enrique Bunbury con el libro de Raúl Minchinela.
Como habrán adivinado si han leído hasta esta línea ni exijo, ni demando … ni pido … pero lo que ha hecho «quedelibros» que quieren que les diga … «ta feo»
Cuando dices «pudiera merecer el mismo tratamiento que los Tribunales están dando a los sitios comerciales con enlaces a descargas de música», supongo que lo dices irónicamente, dado que los tribunales españoles se han mostrado hasta la fecha muy permisivos en lo que se refiere a sitios con enlaces a obras musicales y cinematográficas. Está claro que quedelibros sigue el mismo modelo de negocio, que en lo que a mí respecta sí fomenta, y mucho, la cultura libre: hasta que me compré un lector de e-books me gastaba una media de 90 euros al mes en libros.