El retorno de madame guillotine
Los sans culottes son imprescindibles en toda revolución que se precie; gentes desesperadas por el hambre y la falta de libertad facilmente influenciables por dogmas y consignas no exentos, en algunos casos, de cierta demagogia; gentes a las que – la historia se repite – se les señala un enemigo; un culpable de su lamentable situación que se presenta como la diana sobre la que verter su odio: la monarquía, los judíos … la banca …
Sin su concierto no habrían sido posibles madame guillotine ni el tercer Reich … sin su concierto, tampoco debemos olvidarlo, es probable que siguiéramos anclados en la época feudal … o que nunca hubiera existido el holocausto nazi (ni tantos otros).
El movimiento autodenominado 15 M, que tantas simpatías despertó en su día – también la mía – no es del todo ajeno a las convulsiones históricas a las que me he referido. Como en la Francia del siglo XVIII o la Alemania de principios del siglo XX unas clases medias con cierto nivel intelectual han lanzado las consignas y alimentado el argumentario de los sans culottes del siglo XXI a fin de cambiar el status quo con la promesa de una sociedad más justa y solidaria.
La diferencia la marcan no sólo las nuevas tecnologías, la (presunta o real) inteligencia distribuida de la red y los medios de comunicación, que han magnificado la indignación presencial de varios miles de personas, sino – y precisamente – la asunción del movimiento por parte del Poder. Nuestros indignados no han tomado la Bastilla detrás de la enseña nacional, sino que han acampado donde les han dejado tras la estela de las redes sociales (paradigma del capitalismo neo-ultraliberal del nuevo siglo) escenificando una revolución descafeinada que, lejos de recuperar el ágora para los ciudadanos, se ha hecho fuerte en la calle como demostración empírica de la física más elemental: la ley de impenetrabilidad de la materia .
La necesidad de regeneración política, la división (real) de poderes, el asociacionismo ciudadano, el fomento de la participación en la cosa pública y en la toma de decisiones de forma no excluyente (no tod@s somos rastapijos de smartphone 3G y tableta … servidor de ustedes sí) la urgente reforma en la Administración de Justicia, la abolición de las garantías personales no pactadas en los préstamos hipotecarios y una paridad bien entendida (y distinta a la que consagró la Ley de violencia de género) … la transparencia … ¿que español de bien no firmaría ésto ?
Un mínimo común denominador capaz de aglutinar a millones de personas de las Españas que, sin embargo, han acudido masivamente a las urnas el día 22 de mayo de 2011 refrendando otro mínimo común denominador que parecen haber olvidado los indignados … éste y el imperio de la Ley (que han violado en perjuicio del resto de sus compatriotas).
Comparto, y no se imaginan hasta que punto, la indignación del movimiento 15M (aunque el movimiento se demuestra andando, y no sentándose), y sumo a esa indignación la voracidad recaudatoria del actual Gobierno que, lejos de incentivar el emprendimiento (y, en consecuencia, la creación de empleo y riqueza para tod@s) sigue atornillando por la puerta de atrás a las pocas empresas que todavía resisten (encore et toujours) la crisis.
La forma – ya lo he expresado en otras ocasiones – es, en Derecho, tan importante como el fondo; la forma es la garante de la transparencia y de la igualdad y – estoy de acuerdo – las leyes no son inmutables; pueden y deben cambiarse cuando cambian las circunstancias y/o cuando son percibidas como injustas por la mayoría de la ciudadanía, pero dentro de un procedimiento … fuera del Derecho está el caos, y el caos sólo beneficia – como en el lejano oeste – a la oligarquía económica. Si el movimiento 15 M continúa negando el mínimo común denominador al que me refería anteriormente acabará perdiendo su originaria legitimidad y twitter dejará de sonar en los smartphones de rastapijos para desconsuelo de las operadoras de telefonía.
Actualización 21/07/2011: Parece que la Sra. Salgado ha dado marcha atrás en sus propuestas 🙂
Buenos días.
Sólo puedo decir una cosa: estoy absoltamente de acuerdo con el contenido del post. Es difícil escriber más claro cuál es el sentir de los que vemos justas y necesarias algunas (o muchas) de las reivindicaciones del 15-M, pero que no podemos aceptar su final desenvolvimiento y forma de actuar.
Frases como la de «yo no soy antisistema, el sistema es antiyo» resulta a la par que jocosa, demostrativa de un substrato que no sabría muy bien denominar, conforme al cual el sistema está por encima e incluso olvida a los ciudadanos, como un ente abstracto y a la vez real (esto merecería otra discusión, ya estoy harto de conceder vida propia a entidades como el sistema, los mercados, … cuando lo que existen son los individuos), y admito que la persona como tal tiende cada vez más a importar poco. Quizá por ahí deberíamso ahondar.
Pero a lo que iba: vivimos en una democracia, a la que podemos calificar con la mayor nota de imperfección, pero existen unas reglas, una Constitución y unas normas que emanan de ella (ah, qué tiempos aquellos en los que en la Facultad hablábamos de la pirámide normativa) que hemos de respetar, mal que nos pese. Son las normas de juego, que nos damos todos, y podemos cambiarlas, a través del procedimiento establecido, pero mientras estén ahí, en vigor, hay que respetarlas; de momento nadie ha inventado algo que haya funcionado mejor.
Un saludo.
Yo tambien estoy de acuerdo con el contenido del post, pero no debemos olvidarnos que todos somos, podemos o debemos ser los sans culottes y no mirar desde afuera como ocurren los cambios. Tenemos que nosotros tambien estar involucrados, entender al sistema y juzgar cuales de los cambios seran para bien y cuales terminaran en la debacle.
yo me considero una persona realista, sinceramente he leido poco del post, no porque no me interese mas bien porque ya esto se convierte en pezcadilla, buscando soluciones para cada individuo, algo que al final traera consecuencias, porque? nos alejamos de la realidad, creo que si, no se tarta de buscar, no se trata de contentar, entiendo que todos queremos parte de pastel, pero solo hay uno y todavia no he probado mi parte y como yo existen muchas persona, mi lucha ha sido siempre por una causa proteccion, todo el sistema deberia ir enfocado a ese termino, mientras exista el interes personal frente a la realidad no tendremos posibilidades de alcanzar una vida equilibrada y respetuosa con todos, un inconveniente grave es el despertar de pocos que se ven aislados y luchando con pocos recursos, adelantados a su tiempo ven como el ganado empieza a tener inquietudes motivadas por necesidad no por un razonamiento logico que hace posible un entendimiento mas alla del ineteres comun, quizas una parte de la sociedad desea un cambio radical pero no creo que sea la epoca ni tampoco que esten preparados para afrontar sus miedos, pero como siempre una casualidad como esta crisis mundial quizas encienda la chispa adecuada para poder mirarnos a los ojos y ser capaces de ver que la proteccion del ser humano siempre sera la prioridad y no el sistema…un saludo.