A propósito de Hernándo Soto (I)
Esta tarde-noche he tenido el privilegio de escuchar a Hernando Soto en la conferencia que ha impartido en el Paraninfo de la Universidad. De «telonero de lujo» estaba Fernándo Toboso (una pena que tuviera que «oficiar» de contrapunto – le sobra categoría para salir en el «cartel» de primer espada).
Si el nombre de los conferenciantes ya es suficiente mérito para que nos hagamo seco en «ésto de la blogocosa» la razón primordial de este comentario es transmitir – para los que no hayan tenido la suerte de escucharles – que durante dos horas, que se han hecho cortas (y que pedían a gritos media hora d edebate), dos eminentes economistas han estado hablando de…DERECHO. Sí, de derecho. El derecho como garante de la seguridad jurídica; la cual genera confianza, la necesaria confianza para que los países en vías de desarrollo (eufemismo del primer mundo para definir una de las vergüenzas del capitalismo) reactiven su economía.
Después de muchos años invirtiendo en tecnología, software y marketing se está empezando a hablar de DERECHO; y con una función/misión/reto sustancial: garantizar la confianza de los ciudadanos; porque la confianza es lo que reactiva la economía. Es la receta que está aplicando Soto y, al igual que ocurrió, por ejemplo, con la romanización de Europa, las inyeccciones de derecho están favoreciendo la reactivación de las economías emergentes (otro eufemismo).
No, no me ha sorprendido que mentes tan preclaras consideren el derecho como motor de la sociedad, otros ya lo venimos diciendo desde hace mucho tiempo (por ejemplo en la JORNADA TEMATICA de SEGURIDAD INFORMATICA organizada por AST a la que fuimos invitados por José Manuel Correas). Lo que me ha sorprendido son los datos estadísticos, esas «frías tablas» que condensan en una hoja el trabajo ingente de muchas personas y muchas horas. Lo que me ha sorprendido es que las ventajas de la seguridad jurídica pueden cuantificarse, medirse…y corroboran las tésis.
Todo ello me lleva a una reflexión: ¿estamos los juristas preparados para reencontrar la esencia de nuestra ciencia (Soto la ha denominado metafísica…)? ¿estamos dándole a la sociedad la herramienta que nos está pidiendo a gritos para generar confianza y contribuir al progreso de nuestros semejantes?
He disfrutado oyendo a dos eminentes economistas hablar de derecho. Quedan más cosas, pero eso será mañana.
Lástima no haber podido estar, la verdad. Todo lo que dices me lleva a la siguiente reflexión: si tienen que ser especialistas ajenos a nuestro ámbito profesional los que destaquen la importancia de nuestro trabajo (lo cual, por cierto, debemos agradecerles y mucho), tendremos que paranos a pensar qué falla en la abogacía que muy pocos de entre sus integrantes defendemos el papel tan relevante que nos va a tocar desempeñar.
Procede, me parece, un acelerado cambio de patrones mentales entre nuestos colegas. Si es que no hacen caso …
Sobre tus dos preguntas 🙂
a) La esencia de nuestra ciencia es que no es ciencia. Algunos piensan que es arte, con lo que tampoco avanzaríamos mucho, puesto que ni arte ni ciencia tienen moral, ni puñetera falta que hace. Ojalá fuese simple estética, ya que no es ética.
b) Lo de la herramienta me gusta más. Sobre todo, porque si la consideramos herramienta, y en consecuencia medio de producción, ya sabemos quién la detenta y a quién se la tenemos que quitar.
Un abrazo, Pedro.
Curiosa coincidencia. Yo soy profesor de informática. El debate también existe entre si es una ingeniería (ciencia), o un arte.
Sin derecho no hay acciones colectivas… Hay un autor cuyo discurso es un buen marco para lo que nos contaron ayer los dos confereciantes, lo puedes encontrar en http://laberinto.uma.es/lab8/Lab8Art8PRivero.htm
Muy buenas tu crónica y la FernandO, voy a tener que hacer una apresurada 🙂
Un saludo
Aunque tenía muchas ganas no pude asistir, tenía que dar clase… Gracias a este post y el de fernand0 me he enterado 🙂
Pues sí, el economista ha dado en el clavo: el estado de Derecho, como garante de las libertades por medio de la seguridad jurídica, es el primer paso para el progreso (en todos los sentidos). Por eso países como Argentina o Venezuela o Méjico incluso, donde la corrupción campa a sus anchas, no salen del pozo a pesar de sus potentes recursos.
Pero yo, que no soy «políticamente corresto», quiero dar un paso más y decir que en España estamos empezando a dar los mismos síntomas de putrefacción que nos llevaron al pozo del que salimos hace ocho años: que si Montesquieu ha muerto; que si el único poder es el del Parlamento «oséase» el Ejecutivo (remember: «todo el poder para los soviets»); que a ver cómo cambio el CGPJ que no me gustan los que están; que a ver qué amiguetes pongo en el Constitucional; que si……………En fin, resumiendo que ya me pitan los oídos, Poder Judicial fuerte e independiente, capaz de controlar al Ejecutivo igual a seguridad jurídica igual a confianza igual a progreso.
[…] Sin embargo el latiguillo no lo oirán uds. en los pueblos (servidor es de pueblo). Allí todos saben que, efectivamente, el campo tiene puertas, ventanas y hasta troneras labradas … y por supuesto lindes; y nos sentimos orgullosos de que así sea, las «puertas del campo» son símbolo de seguridad jurídica y prosperidad. […]