Insurrección Wireless
Cinco de noviembre de 2004, Zaragoza, 13:30 h. :
«Como han tenido ocasión de comprobar los amigos que me visitan, la hospitalidad de mi casa no se limita a una copa de brandy. Si tengo conexión permanente a Internet, es un desperdicio no usarla. Si me sobra ancho de banda, que lo disfrute el amigo, o el vecino. Dejar la conexión wi-fi abierta es todo un detalle de urbanidad, que además cumple una función revolucionaria: hace inútil cualquier investigación policial basada exclusivamente en la IP.
Si una conexión wi-fi está permanentemente abierta, es imposible demostrar la procedencia de cualquier transmisión basada en esa IP, que puede tener su origen en cualquier ordenador situado en un rango de cien metros. Si multiplicamos esas conexiones abiertas a lo largo y ancho de la ciudad, el efecto expansivo es revolucionario.
Sin orden de entrada y registro, una simple IP no prueba nada. Señores parlamentarios, muchas gracias: han conseguido socializar mis delitos. Compartir siempre es bueno: ha llegado el momento de la insurrección wireless.»
Las grandes idéas suelen explicarse con muy pocas líneas, a veces con unas pocas palabras, y los hombres inteligentes son los primeros en apuntarse. Grandes idéas seguidas por hombres inteligentes pueden quedar en nada si no las secundan los hombres sabios
Por cierto…yo tampoco tengo los conocimientos técnicos suficientes para cerrar mi acceso wi-fi 😉
La idea me parece excelente pero tengo algunas dudas. La principal es cómo evitar los posibles abusos de quienes se conectan gratuitamente. Por otra parte, no me importa ceder parte de mi conexión a quien no puede pagarse una conexión, pero no me apetece facilitarla a los «gorrones». ¿Y qué opinan los operadores? ¿Se puede ceder, legalmente hablando, la conexión a terceros?
Miguel, como ya he dicho antes, carezco de los conocimiento técnicos suficientes para cerrar mi conexión wi-fi. Nadie puede demandarme/ denunciarme por carecer de ese tipo de conocimientos…¿no crees?