De aquellos polvos llegaron estos lodos
El origen de todo, en la versión resumida de El Mundo:
«El conflicto árabe-israelí se remonta a 1947, cuando Gran Bretaña decide abandonar Palestina —donde ya existían enfrentamientos entre los autóctonos y los judíos que se habían ido asentando allí con la esperanza de crear un «hogar nacional»— y deja el problema en manos de la ONU. Para poner fin a esta situación, Naciones Unidas aprueba, el 29 de noviembre de ese mismo año, un plan de partición del territorio en dos zonas: una israelí y otra palestina. Se crea así la situación idónea para que, el 14 de mayo de 1948, David Ben Gourion proclame el Estado de Israel.»
A partir de aquí sesenta años de conflicto armado entre un Estado armado hasta los dientes y una población a la que se le niega sistematicamente su derecho a la autodeterminación y a la creación de un ejército regular. Caldo de cultivo de odio y resentimiento que da origen al nacimiento de movimientos como Hezbola y Hamas; tachados de terroristas por el régimen hebreo y estadounidense pero, no lo olvidemos, con parecida – sino igual – legitimidad que George Washington, la «Resistencia» francesa de la segunda guerra mundial o nuestra «Agustina de Aragón» ante la invasión francesa.
No creo que nadie tenga derecho a decidir donde pueden vivir los seres humanos (por eso me escandaliza la tragedia diaria de las «pateras» y los «cayucos» donde miles de seres humanos – aquí llamados «sin papeles» o «ilegales» con una soberbia «primermundista» vergonzante – se juegan la vida en busca de una vida mejor); y la forma en que se llevó a cabo la descolonización británica de esa franja de tierra ocupada hoy por el Estado de Israel, Cisjordania y Gaza ha sido uno de los mayores errores de la historia reciente de la humanidad.
Los que para unos son terroristas para otros son libertadores, no lo olvidemos; y mientras los políticos buscan excusas a lo inexcusable trescientos sesenta y dos seres humanos han perdido la vida – de momento – en un Estado Soberano, Líbano; entre ellos terroristas-libertadores y población civil.
El pueblo palestino, sojuzgado y encerrado en su propia casa con un muro que deja pequeño el que dividió Alemania tras la 2ª guerra mundial con todo tiene mas «suerte» que el olvidado pueblo saharahui, abandonado a su suerte por España.
El paralelismo entre ambos «procesos» de descolonización (con los innegables matices) es más evidente de lo que pueda parecer. En ambos casos una nación europea abandona un territorio colonizado a su suerte; en ambos casos U.S.A. apoya militar y economicamente a una de las partes y, en ambos casos las Resoluciones de Naciones Unidas se incumplen sistematicamente en perjuicio del más débil.
Sin embargo el «capítulo» actual de este drama tiene por escenario un Estado soberano ajeno a la «contienda», Líbano.
Recuerden los que apoyan y/o justifican esta agresión que los mismos argumentos utilizados por el Estado de Israel para bombardear Líbano podría haberlos utilizado el Estado español para bombardear Francia…y que esos mismos argumentos podrán ser utilizados por U.S.A. para bombardear a aquellos Estados soberanos en cuyo seno haya células terroristas…esos mismos argumentos legitimarían un bombardeo a España…
En esta bitácora se recoge un gráfico de los paises que apoyan la agresión a Líbano y los que no, y en esta otra se recoge el testimonio de un libanés ante la destrucción de su ciudad.
Bueno bueno, en parte tienes razón Pedro pero te has olvidado de comentar algo muy importante en este tipo de agresiones, la religión y la esclavitud que padece el pueblo en los paises musulmanes.
Una ejemplo muy claro es marruecos, otro arabia, y muchos mas.
Por que se produce inmigración de estos paises a occidente, porque en su país todo es de la familia gobernante y los demás no tienen derecho nni a vivir. A esto es lo que occidente le da la espalda y es lo que realmente se debe solucionar.
Pero no interesa por el petroleo, y porque con la corrupción instaurada desde el poder se controla a dichos paises.
Por esa razón salen entidades como Hezbola y Hamas, que odian todo lo que no es controlado por la religión y el jefe supremo, ya que el enemigo no es el que les esclaviza sino el odioso occidental o de cultura occidental que los machaca para poder vivir bien.
El problema que se estan encontrando ahora los gobernantes ricachones (como el rey Fath) es que su pueblo puede ver gracias a la globalización como sus gobernantes los esclavizan, por esa razón sus gobernantes les hacen generar odio y les dan fanatismo religioso, para que no les corten el pescuezo y se instaure una democracia como las occidentales.
Por otro lado, el Líbano tiene un problema muy grave que existe como país pero esta invadido por Siria, no lo olvides, a lo cual no haces mención.
También hay que tener en cuenta que Israel ha comenzado a bombardear después que Hezbola le atacará y le haya secuestrado a un militar y matado a varios.
En el mundo del domingo, hay un articulo muy bueno sobre el conflicto del Libano, en el cual un oficial de la misión de la ONU cuenta como ha surgido esta guerra.
Bueno ya hablaremos más calmadamente en otro momento, haber cuando nos vemos
Bueno, me encantaría que la historia del conflicto fuera tan sencilla como la cuentas en tu comentario, pero no creo que lo sea tanto.
Creo recordar que ocupando Bill Clinton la Casa Blanca en Camp David se estuvo a punto de llegar a un acuerdo y que según comentan hasta los periodistas menos pro-israelíes la firma no se produjo finalmente porque el dirigente palestino no quiso.
Conozco a dos libaneses que viven en Zaragoza, padre e hijo. Ambos tienen nacionalidad española. Los dos son musulmanes, si bien ninguno practica su relegión con ortodoxia furibunda, de lo cual me alegro. Ahora bien, sus análisis son muy esclarecedores: tanto padre como hijo afirman sin dejar lugar a dudas que sólo habrá paz cuando el pueblo judío desaparezca, y uno de ellos, el más joven (unos 30 años), dice que lo que hay que hacer es exterminarlos, directamente.
¿Qué odio fue el primero, el árabe o el judío?. Creo que poco importa a estas alturas de la película. ¿Israel está usando su fuerza desproporcionadamente?. Probablemente sí; pero, ¿quién garantiza a Israel que los de Hezbolla (se traduce «partido de Dios», manda huevos) dejarán de amenazarlos desde el sur del Líbano, un lugar que la comunidad internacional se tenía que haber preocupado de que abandonaran tras la útima retirada israelí?.
Es una pena que un país que ha dado personajes de la talla de Khalil Gibran se vea en esta tesitura. Hay medios para parar la guerra, pero, ¿alguien se atreve a decirme quién está más interesado en que continúe?.
Por cierto, no me gusta la actitud de Estados Unidos, pero he de reconocer mucha hipocresía en los medios de comunicación y en muchos políticos españoles. Tanto criticar a los americanos porque se portan como el gendarme del mundo, y ahora pidiéndoles precisamente eso, que vayan a poner paz. Todos esperando como agua de mayo la llegada de Condolezza Rice. Patético, qué poca confianza en las posibles actuaciones de la Unión Europea, por ejemplo.
En todo caso, algo demagógico me parece comparar a un terrorista de Hezbolla con determinados libertadores de la historia. Personalmente, creo que se parecen más el líder de esa organización terrorista e incluso el presidente de Irán a Hitler, ya que predican la desaparición de los judíos, que Agustina de Aragón, por ejemplo. Que los zaragozanos degollaban franceses durante la Guerra de la independencia es cierto, a un ritmo inferior del que probablemente deseaban, pero no conozco acciones de búsqueda deliberada de muertes entre la población civil por parte de los maños, quizá alguien pueda ilustrarme.
Es cierto que no se puede ser equidistante ante el horror, pero hay que ser ecuánime en los análisis. Y no creo que muchos de los que estamos leyendo o escuchando rebosen de esa ecuanimidad.
Un saludo.
Paz, Shalom, Salam.
Parece que no he sabido explicarme; y, por supuesto que un conflicto de estas caracterísitica no puede resumirse – ni lo pretendía «carallo» – en una entrada de una bitácora.
Si os fijáis en el título cargo mis críticas contra el colonialismo occidental que, cuando no ha sabido controlar un territorio lo ha dejado a su suerte (a su mala suerte generalmente), y cito dos ejemplos – buscando equidistancia – cercanos para los de mi generación.
Líbano está gobernado por quien ha querido occidente…no ha pasado lo mismo con Palestina; se convocan elecciones, sale Hamas, y nos llevamos todos las manos a la cabeza y cerramos los ojos cuando secuestran (perdón, retienen) a los representantes legítimos del pueblo palestino).
Que existe un odio visceral hacia Israel en toda la zona? cierto…pero no creéis que después de lo que está pasando ese odio, lejos de desaparecer, se acrecentará?
No tengo las claves para solucionar el problema, ojalá! pero no me gusta que los Estados busquen excusas para matar a la gente; o para encerrarles «sin cargos» en una isla caribeña, o para que se internen en otro Estado soberano «a la caza de los malos».
La creación del Estado israelí en el lugar donde está fue por razones estratégicas más que históricas…y ese error histórico nos puede costar a todos una guerra con el mundo árabe.
No me malinterpretes, Juan Antonio, para mí no es lo mismo Hezbolá que Agustina …pero estoy seguro que para los libaneses sí…y que la solución pasa pr una globalización real y el destronamiento de las oligarquías gobernantes en Arabia Saudí, marruecos, Siria, Irán…totalmente de acuerdo.
Gracias a ambos por ayudarme a entender esta situación; nosotros – de momento – podemos expresarnos libremente; y en esa libertad rechazo CUALQUIER forma de asesinato y de terrorismo (el «normal» y el de Estado).
Creo que sigues dando datos no correctos.
Cito: «La creación del Estado israelí en el lugar donde está fue por razones estratégicas más que históricas…y ese error histórico nos puede costar a todos una guerra con el mundo árabe.»
Haber, un poquito de historia, no se si me equivoco pero el estado de Israel (invadido o no) existía desde la epoca de los romanos y tenía las mismas fronteras que en la actualidad. Eso es bastante antiguo no.
La creación del estado de Israel, tal y como lo conocemos hoy, se fraguo después de la segunda guerra mundial en la cual paso lo que paso y había que buscar un sitio donde pudieran vivir, y que mejor sitio que donde había existido hacia más de 20 siglos y donde todavía vivián muchos judios.
Con lo que el problema no se generó ahora, viene de muy lejos de hace siglos cuando los arabes comenzarón la conquista del norte de africa y llegaron hasta España. Lo que entonces la vida era la que era y no había las diferencias que existen a día de hoy entre occidente y oriente debido a la cultura.
El problema de este conflicto es la cultura, la cual hace que los pueblos arabes no salgan de la «edad media» en forma de pensar y tengan alrededor unos pueblos que crecen y prosperan lo cual les provoca problemas a los jerifaltes que esclavizan a su pueblo.
Respecto a lo que comentas de las islas caribeñas, tienes razón pero hasta cierto punto, ya que no podemos jugar con las armas de la democracia contra la gente que no la respeta.
En realidad, bajo mi punto de vista estamos en una guerra mundial no declarada, en la cual esta en juego la libertad, la democracia y los derechos humanos, no los territorios, y además se esta llevando de forma no convencional desde dos medios que son las nuevas tecnologías y el terrorismo.
La humanidad tiene que defender los pilares donde se sustenta la sociedad occidental, la cual ha hecho crecer a las personas, y para ello debe utilizar las armas que utilizan los demás sino nos volvera a pasar lo que sucedio en guerras como Vietnam, en el que las personas para occidente tienen valor pero para el otro bando no tienen ningún valor y gana la perdida de libertades y el genocidio.
http://www.lavanguardia.es/lv24h/20060711/51276208729.html
Tienes razón con la cita que pones, dato muy conocido
Parte del problema es que el Líbano es un Estado bastante títere, que sólo existe de nombre, y donde campan a sus anchas los grupos armados sirios y pro-sirios. No se ha oído mucho hablar, precisamente, de la policía o el ejército libanés intentando detener a Hezbollá cuando se dedica a bombardear a un país vecino. Y así, claro, pasa lo que pasa; si dejan su política exterior, de facto , en manos de los terroristas, cosechan tempestades. Es una irresponsabilidad para un Estado no tener el monopolio de la violencia dentro de sus fronteras, porque de ese modo no hay quien se pueda entender con él ni le pida coherencia. Así que habiendo lo que hay, una guerra es inevitable: o una guerra civil en el Libano, o una guerra con los israelíes.