Es lo que tenemos los «analfabinglis», que nos dan una frasecita que no entendemos y nos la apropiamos.

¿Casualidad o causalidad? Enrique Dans ha escrito una entrada anunciando el borrado del comentario que:

«…/… no respete las normas de educación, que falte al respeto, que desarrolle argumentos derogatorios o ad hominem, que manifieste claras pretensiones de molestar o hacer daño, o, en general, que exponga argumentos que una persona en su sano juicio no se sentiría cómoda haciéndole a otra si en lugar de hacerlos en un blog y protegido por el anonimato tuviese que hacerlo directamente y a la cara.»

Antes que él, otros decidieron cerrar los comentarios de la bitácora … y hay quien hasta la bitácora … otros se fueron (y se les echa de menos).

Durante un tiempo creí que mi aviso para navegantes era suficiente «escudo» y, por fortuna, gozo de una «parroquia» amable y correcta aún en la discrepancia, pero ya se sabe que no hay día sin sol ni bitácora sin troll y aquí llegan de cuando en cuando.

Y verán, resulta que uno entró en ésto de la blogocosa por aquello de la conversación, que tan bien explican José Luis, Fernand0 o FerN (entre otros), por aquello de la libertad, que dice Juan, y por contribuir – en la medida de mis limitaciones – a la cultura, como hace Miguel, no a aguantar «off-topics» envenenados de gente anónima.

¿libertad de expresión? miré usté, eso a los medios de comunicación … que ésto ni lo ha sido ni quiere serlo, o al senador por su circunscripción … o vaya usté a un abogado y ponga una demanda!

… o abrasé un «bló», que es fácil y barato.

Ésto no es un medio de comunicación, ni la plaza del pueblo, ésto es mi casa … y dónde no llegue el «aviso para navegantes» o las «medidas tecnológicas» llegará el código penal.

Si es usted, amable lector, un «paracaidista» de google o de los últimos «meneos» no se asuste … pase, lea, conversemos 😉