los escritores tienen patente de corso
O eso me parecido entender al leer este artículo, al que he llegado vía apostillas.
La autora Elsa Drucaroff opina sobre uno de los últimos escándalos en el mundo literario el – le llamaremos presunto 😉 – plagio descubierto en el concurso Sudamericana–La Nación.
Pero «perro muerde niño» no es la noticia; la noticia – lo sabe bien la gente de la prensa – es «niño muerde perro»; y nos la sirve en bandeja el académico Jorge Panesi; quien, cabalgando a lomos de la hipertextualidad, no tiene ningún empacho en defender al – presunto, siempre presunto – plagiador afirmando sin ningún rubor que a los escritores no les afectan las normas mundanas e inventando lo que bien podría denominarse licencia dramática (por oposición a licencia poética), ruego sepan disculpar el sarcasmo, sostiene que “la literatura es el territorio del robo” y los escritores tienen licencia para robar.
La pregunta, haciéndome eco de la noticia del día en España, es obligada:
¿qué opina el Sr. Panesi del cánon digital a las impresoras y los faxes? ¿forma parte de la forma en que se entienden desde su particular universo los derechos de autor?
vale, quizás me he pasado, el cánon es una cosa muy nuestra, como el toro de osborne y la tortilla de patatas.
Saludos
Básicamente es un «los que podemos robamos», cosa que, en realidad, no nos resulta extraño escuchar (de una forma u otra).
Hasta Luego 😉
Me ha recordado tu post unas palabras de Maradona del año pasado cuando tras las acusaciones de que un jugador dedicó insultos racistas a uno del otro equipo (creo recordar que un argentino fue el que insultó a un brasileño) dijo: “lo que ocurre en la cancha se debe quedar en la cancha”.
Y así veo que cada profesional entiende que su mundillo debe sustraerse a la legislación que rige en el gran mundo en el que se inscribe. ¿Qué diría el señor Panesi si el plagiado fuera él? ¿Que diría el señor Maradona si el agredido fuera él?
Me da que los que defienden ciertas prácticas son los que practican ciertos ataques.